martes, 7 de marzo de 2017

Incluso

La lluvia, las lágrimas y
el alcohol
vuelven siempre a la tierra prometida.
A los granos de arena entre los dedos,
a las despedidas en el andén a medianoche,
a los fantasmas,
al humo,
al asfalto enrojecido,
al viento.

No volvemos nosotros
a la tierra prometida.
Nos basta con observarla en la lejanía,
con olfatear un pedazo de su niebla

La lista de mis sueños
cumplidos vale verga.
La interminable colección
de pesadillas me señala desde la estantería.

Nacemos solos y
morimos igual.
Tal vez cuando seamos capaces
de entender eso
podremos vivir cómo, cúando y
con quién queramos.

Incluso con nosotros mismos.

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