lunes, 19 de junio de 2017

Lugares de regreso

He vuelto a Santander sin ti.
Recorrer los mismos lugares
se ha convertido en una inquietud
casi enfermiza.

He paseado frente a la oficina de correos
a la que fue destinado mi bisabuelo.
He vuelto a imaginar a Sagrario corriendo,
con esa inocencia que sólo conservan los niños,
por la calle Cervantes.

He vislumbrado desde lejos la heladería
en la que terminamos juntos
el viaje.

No sé por qué pero he decidido
convertir en costumbre aquello de liarnos un porro
en la playa de los peligros.

Observar embobado el mar con la fumada
y que nadie me vea llorar.

Así es más fácil
ahora
que ya
no estás.






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