jueves, 4 de agosto de 2022

Pájaros del sur

Solía pasar las horas besando el techo

como una sala de espera sin turno

un niño sin patear una pelota

esperando un amigo zurdo.


Porque no siempre el zumo es de uva

y a veces el humo nos espía

haciendo del día un tren

que no llega entre la espuma.


Pero no todo es malo

la lágrima y el halo de la ventana

esperan mañana verte aparecer

como si no supieran que estás invitada.


Y hallarán la cotidianidad

la palabra y el brindis

que bien podría ser la doblez de una sábana

que estirarás con tu costado.


Llevo la razón por suerte y castigo

las ganas de verte llamando a la puerta

que abriré con los labios mirándote

y tus manos sobre mis manos.


En realidad no tengo nada que ocultar

un truco de trilero subido a una noria

alguna historia digna de novela latinoamericana

que Macondo habría contado mejor.


Todo lo que tengo que ofrecer es mucho

un discurso precioso lleno de incoherencias

un planto caliente en la mesa

el beso en la frente después de la manta.


Pero, si todo sale mal,

contaremos que construimos un iglú.

Todo lo que sé, tú ya lo sabes

no te preocupes por los pájaros del sur.

No hay comentarios:

Publicar un comentario