miércoles, 2 de noviembre de 2022

Tierra mojada

Si algún día me perdí,

fue más por intentar encontrame

que por perdido.


No debí cruzar caminos,

ni sembrar flores en un campo

prohibido por las palabras.


Vale más un pan horneado

que cualquiera de las historias

que aún tengo por contar,

pues no son gloriosas ni vengativas,

sino tiernas y esperanzadoras

como la miga que se deshace

entre los dedos de una abuela.


El lobo siempre es malo

si sólo escuchamos

la historia de las ovejas.


El tiempo nunca pasa

si ningún quehacer

ocupa las horas.


Ya no puedo comprender

la magnitud del árbol 

ni teñir de rojo

alabanzas y riñas olvidadas,

sino intentar creer de nuevo

como si fuera un hombre

rezándole al sol.


Mirad como ríen los niños,

a las madres tejer la hermosura.

Al padre que besa y se acuesta,

al tendero subir la persiana.


Todos son motivos suficientes

para creer de nuevo.

Aún tenemos tiempo

y suficiente tierra mojada.











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